sábado, 1 de junio de 2013

El legendario Maracaná de Rio a prueba en amistoso Brasil-Inglaterra

El amistoso Brasil-Inglaterra del domingo, en el que debuta el equipo anfitrión para la Copa FIFA Confederaciones, pone a prueba al templo del fútbol brasileño, el Maracaná, que casi pierde el partido antes de empezado por una fugaz suspensión de la justicia.
A 72 horas del juego que inaugura oficialmente la catedral del fútbol mundial, una jueza de Rio de Janeiro (sudeste) suspendió el encuentro amistoso por dudas sobre las condiciones de seguridad del estadio.
El gobierno de Rio no había entregado, por una "falla burocrática", el informe de seguridad policial definitivo que garantiza las condiciones de seguridad. Pero después de cumplir con el requisito, la justicia revocó la medida de suspensión.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, aseguró haber sufrido "30 segundos de angustia" al conocer la noticia, pero luego se tranquilizó al recibir "un comunicado de las autoridades de Rio de Janeiro declarando que no hay problema de seguridad ni de estructuras".
El estadio reabrió sus puertas el 27 de abril después haber sido sometido a una profunda renovación que alteró su aspecto interno casi por completo y que costó casi 600 millones de dólares, el doble de lo presupuestado inicialmente.
Se cambió todo: gramado, redes, arcos, vestuarios, sistema de audio y video -con cuatro nuevas pantallas- e iluminación. Sólo conserva su fachada exterior, patrimonio de la ciudad.
Y serán las selecciones de Brasil e Inglaterra las que escucharán por primera vez, desde que ha vuelto a ser inaugurado el Maracaná, el eco de los gritos y aplausos de más de 75.000 aficionados que recibirá.

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